LEYENDA DEL SANTO OLIVARERO

Gabriel Tarquínio Bertozzi – Oli Soft

O dia era frio, de nevoeiro molhado. O Olival repousava, mas foi o silêncio rompido pelo acampar matinal dos trabalhadores do campo. Iniciava-se naquele dia a tarefa de poda. O olival adensado pedia um desbaste severo. O futuro dos frutos dependeria da incisão, do subtrair lenhoso a buscar produção.

Hacía frio, había rocío. El olivar reposaba pero el silencio fue corrompido por la llegada de los trabajadores. La poda recién empezaba ese día. Los olivos ya muy cercanos unos a otros exigían un severo desbaste. El futuro de los frutos dependía de los cortes leñosos en busca de la productividad.
By Gabriel Tarquínio Bertozzi
Santo Olivavero

Iniciou-se o rito com o amolar dos metais. O limar dos fios, dos dentes das serras e o comandar da quadrilha despertaram as árvores que ali estavam tranquilas. O atritar com o metal e a invisível limalha desprendida do aço foram o estopim do assombro na vida secreta das plantas. Diz a lenda que se iniciou ali um comunicar de raízes, uma telepatia foliar a dar o sinal dos cortes no olival.

Se empezó el ritual dando de los instrumentos metálicos. El rozar de los dientes de los serruchos y la cuadrilla despertaron a los árboles hasta entonces dormidos.  El roce con el metal y los fragmentos de acero invisibles  fueron la chispa de la maravilla en la vida secreta de las plantas. Dice la leyenda que en ese momento se empezaron a comunicar las raíces a través de una transmisión foliar, señalando los cortes en el olivar.

Em ação animada, no intuito do bem, os operários armados adentraram no campo e os galhos pesados, carregados de gotas foram caindo na relva, convertendo as ruas em amontoados de tocos agregados de folhas. A operação ligeira no vai e vem dos serrotes, no apertar das tesouras dava às árvores novos ares e formas.

Bien dispuestos por hacer lo correcto e inevitable, los trabajadores equipados entraron en el campos y los gajos pesados, llenos de gotitas de agua, fueron cayendo al suelo, transformando las limpias calles en amontonados de tocones rellenos de hojas. Esta sutil operación hecha de “serruchadas” y “tijeradas” convertía a los árboles, dándoles nuevas formas.

Na conformação renovada, passado o susto e o ardor das feridas a comunicação vegetal converteu-se em calma, em entendimento do ciclo e propósito cumprido. Percebeu-se na poda um mal necessário. Pouco a pouco houve a compreensão da população do arvoredo que compunha o pomar.

Ya con su nueva conformación, después del susto y escocer de las heridas, la eufórica comunicación vegetal se convirtió en calma, luego de entender que todo era parte inevitable del ciclo. Se entendió la poda como un mal necesario. De a poquito, todo fue asimilado por la población de arboles que formaba el pomar.

Com o lema entendido, com a missão definida, restabeleceu-se a conduta das árvores de paz. As dádivas do Eterno, produtoras de óleo, reencontravam o caminho para a frutificação.

Comprendido el lema y definida la misión, los árboles volvieron a sentirse en paz. Los eternos arbustos, productores de aceite, volvían a ingresar el camino hasta la fructificación.

Em meio a tantas galhadas e troncos cruzados movimentara-se uma leira no meio do chão. O operário espantado em meio à neblina que ocultou o mistério pensou tratar-se de animal recolhido, mas encontrou já estático convertido em imagem, um tronco tombado, esculpido mesclado, meio homem, meio árvore a demonstrar oração. Erguia os braços como gesto de glória. Abençoava o ocorrido com ferramentas nas mãos. Tinha a face incompleta assemelhando a um capuz, não se viam os olhos do moço na cruz.

Por medio de carcajadas y ramas cruzadas, algo se movió tirado en el suelo. Sorprendido, entre de la niebla que ocultaba el misterio, el trabajador pensó tratarse de un animal. Sin embargo, se halló un gajo tumbado y esculpido, una mezcla de hombre y árbol, orando. Erguía los brazos como seña de Gloria. Agradecía lo ocurrido con las herramientas en las manos. Su cara se veía incompleta, como si llevara una gorra, no se podían ver los ojos de este hombre en la cruz.

Nasceu neste dia o Sacerdote da Poda e sua missão. A representação do manejo, que embora doído, remeteria ao festejo de colheita farta de azeite espremido. O Santo Olivarero cobria o olhar pra não sentir o doer das companheiras de linha, mas tinha o semblante a aprovar o ocorrido trazendo nas chagas, nas cicatrizes dos cortes, um azeite escorrido.

Nasció este día el Sacerdote de la Poda y su misión. La representación de la tarea que, aunque dolorosa, conducía a la fiesta de la cosecha, del zumo extraído. El Santo Olivarero se tapa la mirada para no sentir el dolor de sus compañeros de pomar, pero termina aprobando el proceso, ya que por sus heridas escurre el aceite.
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